Honolulu Star Bulletin - Caos y confusión en las calles de España por el apagón

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Caos y confusión en las calles de España por el apagón
Caos y confusión en las calles de España por el apagón / Foto: Thomas COEX - AFP

Caos y confusión en las calles de España por el apagón

El caos y la confusión se extendieron por toda España, que sufrió un masivo apagón que dejó al país sin luz este lunes, mientras las autoridades desalojaban a los viajeros de las estaciones de metro y tren, que quedaron paralizadas.

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Media hora después del mediodía, gran parte del país se quedó sin energía. De repente, los celulares perdieron señal, los aparatos electrónicos se desconectaron y ascensores y trenes se pararon.

Confundidas y sorprendidas, muchas personas se lanzaron entonces a las calles a retirar efectivo de los cajeros, mientras otras intentaban en vano encontrar una señal telefónica para comunicarse con sus seres queridos.

Carlos Condori estaba viajando en el metro de Madrid cuando el tren se paró abruptamente.

"Se fue la luz y el vagón se detuvo", pero afortunadamente el tren logró avanzar lentamente hasta la plataforma, dijo a AFP este obrero de 19 años fuera de la estación de metro del Banco de España, en el centro de la capital española.

La gente se quedó "atónita, porque esto nunca había pasado en España", añadió.

"No hay ni cobertura, no puedo llamar a mi familia, a mis padres, nada. No puedo ni siquiera ir al trabajo", agregó.

Trabajadores de oficina desconcertados se congregaban en las calles con sus computadoras inservibles, mientras que otras personas decían sentirse aliviadas de no haberse quedado atrapados en ascensores.

Marina Sierra, estudiante de 16 años, intentaba contactar con su padre mientras pensaba en una manera de poder volver a su casa, en los suburbios de Madrid.

"Nos han tenido que evacuar rápido" del colegio en el que estudia, dijo.

"Me estoy quedando impactada porque está todo como superdescontrolado", aseveró.

- Calles llenas en Barcelona -

La confusión también se apoderó de Barcelona, la turística capital de Cataluña, donde lugareños y visitantes comenzaron a arremolinarse en calles tratando de averiguar qué estaba pasando.

"Estaba en el laboratorio y se ha apagado todo", explicaba Adán Martínez, de 33 años, sobre cómo le había sorprendido el corte en su lugar de trabajo.

Con el metro cerrado y los trenes sin funcionar, aguardaba resignado la enorme fila para llegar al autobús que pensaba que podría llevarle a casa.

"Estoy aquí porque tampoco puedo hacer otra cosa", indicaba entre el ruido de los cláxones y los silbatos de los policías que trataban de organizar el tráfico en un caótico centro de Barcelona, con muchos de sus semáforos apagados.

"No sabemos absolutamente nada, porque (...) no hay conexión a internet. Estamos atrapados", lamentaba unos metros más lejos Gloria Sanchís, entre la multitud que esperaba al bus que conecta el centro con el aeropuerto.

Tras una hora y media de fila, esta jubilada de 69 años temía no llegar a tiempo a su vuelo de regreso.

"No han puesto suficientes recursos para todo el jaleo que hay aquí", señalaba, afirmando que no recordaba haber visto un apagón así en España.

Tampoco se había encontrado en una situación semejante Sabrina Iannucci, una estudiante estadounidense que buscaba junto a sus amigas la forma de llegar al aeropuerto para no perder su vuelo hacia Italia.

"Nunca había vivido algo así, nos quedamos algo confundidas", reconocía esta joven de 21 años sentada sobre su maleta cerca del céntrico Paseo de Gracia.

"Sentí un poco de agobio", reconocía sobre los primeros momentos de incertidumbre, cuando vio que su alojamiento se quedaba sin energía y nadie sabía qué pasaba.

En Madrid, Pilar López intentaba poner en perspectiva la confusión y el pánico de otras personas preocupadas por la comida que habían dejado en sus refrigeradores.

"Hemos sufrido una pandemia, no creo que esto sea peor dijo la mujer de 53 años que trabaja en educación superior.

"Es algo que no nos había pasado nunca antes. Entonces es como todo, ¿sabes? Hasta que uno se acostumbra y empieza a pensar que esto tampoco es el fin del mundo", agrega.

V.Leilani--HStB